lunes, 9 de febrero de 2015

El grito en el cielo

"El silencio es el grito más fuerte."

¿Pero, qué pasa cuando ya no tienes nada que gritar? ¿Cuando ya no tienes nadie a quién gritar? ¿Dónde está la línea entre hablar y gritar? ¿Y entre gustar y querer? ¿Entre respirar y suspirar?

Tal vez eso fuiste tú, una respiración terminada en suspiro. Un suspiro que me invitó a gustar y más tarde a querer, alguien que me habló gritando los sentimientos al cielo cuando todo por lo que luchábamos se convirtió en premio. Porque logré encontrarte al final del camino, mi premio, mi puerto seguro.

Pero tan fácil como lloré de alegría, ahora lloro de tristeza, y es que es algo más fácil, antes necesitaba de ti para que las lágrimas salieran, eras el motivo de mi felicidad, ahora te sigo necesitando, pero no estás, y las lágrimas continúan saliendo casi con más soltura. Tus lágrimas, las que tú provocas. Intento gritar, quiero gritar, pero dicen que el silencio es el grito más fuerte, por eso callo, esperando que me oigas, esperando que vuelvas por mi, por nuestro premio, tu amor.

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